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Para negar el destierro de dos ojos negros apartados de un lúgubre paisaje dorado
ha de ser necesario incursionar en la estética de la locura, en la debilidad de la psiquis,
donde solo unos pocos caminos conducen a Roma
y los demás resultan dañinos.

1 comentario:

silvia zappia dijo...

son pocos los caminos
pero creamos en la locura


besos*